Resumen del vídeo TDAH en la comunidad hispana
(Parte 1)
Viendo lo que se ha pasado por alto: TDAH en las comunidades latinas
Introducción​
El Dr. Michael García, psiquiatra certificado especializado en psiquiatría infantil y adolescente, presenta Viendo lo que se ha pasado por alto. Para muchas familias latinas, el TDAH está presente pero no se reconoce o se malinterpreta. El enfoque está en cómo la cultura, el estigma, las barreras sistémicas y las experiencias vividas moldean el TDAH en las comunidades latinas, con herramientas para apoyar mejor a los niños, las familias y los adultos que han sido pasados por alto. El público objetivo incluye a padres, educadores, proveedores de salud y miembros de la comunidad interesados en un cuidado equitativo y en la reducción del estigma.
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Ejemplo de caso: Miguel​
Miguel es un profesional latino de 28 años que creció en un hogar de inmigrantes mexicanos. Aunque aparentemente exitoso, lidiaba con impuntualidad crónica, olvidos, desorganización y problemas de memoria. Le decían que trabajara más duro y no se quejara, así que se culpaba y se sentía avergonzado, sin darse cuenta de que tenía TDAH. Su historia muestra cómo los altos logros y las expectativas culturales pueden ocultar los síntomas, lo que lleva a diagnósticos erróneos.
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Qué es el TDAH y qué no es
El TDAH es una condición neurodesarrollada con raíces genéticas y neurológicas. Afecta la atención, el comportamiento y el control de los impulsos. Las imágenes cerebrales muestran diferencias en la comunicación y la regulación de la dopamina, lo que hace que el TDAH se trate menos de saber qué hacer y más de ser capaz de hacerlo de manera consistente. Los síntomas incluyen falta de atención, hiperactividad e impulsividad. El TDAH no es causado por una mala crianza, pereza o el tiempo frente a la pantalla. Con el apoyo adecuado, las personas con TDAH pueden prosperar.
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También hay una fuerte relación entre el TDAH y el asma, especialmente en la infancia temprana y en casos graves. Los niños con ambas condiciones a menudo tienen más dificultades con la regulación emocional, el rendimiento escolar y las relaciones, lo que hace que sea importante detectar y manejar ambas condiciones al mismo tiempo.
Función ejecutiva y la analogía de la mesa de sonido
La función ejecutiva es el sistema de gestión del cerebro, a menudo comparado con el control de tráfico aéreo. El TDAH interrumpe estos procesos, haciendo que las tareas diarias sean abrumadoras. Usando una analogía de mesa de sonido, la atención, la motivación, las emociones y el control de los impulsos actúan como perillas que están defectuosas e inconsistentes. Esto lleva a la hiperfocalización, la desregulación emocional y problemas con la memoria operativa. Estos problemas no son fallas morales, sino diferencias neurológicas que necesitan herramientas y apoyo.
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El TDAH a lo largo de la vida
El TDAH no desaparece con la edad, pero cambia en su presentación. En la infancia puede parecer disruptivo, en la adolescencia puede parecer irresponsable, y en la adultez a menudo aparece como luchas silenciosas con la gestión del tiempo, la motivación y las emociones. En las comunidades latinas, las niñas y mujeres suelen ser menos diagnosticadas porque sus síntomas son internalizados y a menudo se etiquetan erróneamente como depresión o ansiedad. Los cerebros con TDAH también buscan estimulación, lo que lleva a comportamientos riesgosos, actividades adictivas o un tiempo excesivo frente a la pantalla para obtener un aumento de dopamina.
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Influencias culturales en las comunidades latinas
Los valores culturales influyen en cómo se percibe el TDAH. El familismo, o lealtad a la familia, a menudo mantiene las luchas privadas. El personalismo, o el valor de las relaciones personales, puede desalentar la búsqueda de ayuda externa. El respeto, o el respeto hacia los mayores y la autoridad, puede llevar a los niños a suprimir sus emociones. El machismo y el marianismo, o los roles de género tradicionales, excusan la hiperactividad de los niños mientras pasan por alto la falta de atención de las niñas. La religión puede proporcionar fortaleza, pero también puede enmarcar el TDAH como debilidad, castigo o una prueba de fe.
El estigma en torno a la salud mental refuerza el silencio. Expresiones como "la ropa sucia se lava en casa" o "¿Qué dirán los demás?" muestran la presión cultural de mantener los problemas dentro de la familia. La enfermedad mental puede verse como una debilidad o un drama, lo que deja a muchos sufriendo en silencio.
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Estigma a través de las generaciones
Las generaciones mayores a menudo recurren a la fe, la resistencia o la orientación espiritual en lugar de a la psicología. Las generaciones más jóvenes pueden ser más abiertas, pero aún sienten culpa o presión por seguir adelante. Las luchas emocionales suelen ser desestimadas con frases como "¡No llores!" o "Sé fuerte". Estas reglas no habladas desmotivan a los niños de hablar y normalizan el silencio. Romper el estigma requiere conversaciones abiertas en las familias, escuelas e iglesias, y replantear el apoyo en salud mental como un acto de valentía.
Barreras sistémicas y lingüísticasLas familias latinas enfrentan barreras sistémicas que limitan el acceso al cuidado. La escasez de proveedores bilingües y culturalmente sensibles genera desconfianza y diagnósticos erróneos. Los temores relacionados con la inmigración desalientan a las familias de utilizar los sistemas escolares o de salud. Las brechas en el seguro y los problemas de documentación bloquean el acceso al tratamiento. La subrepresentación en la atención médica amplifica la desconexión cultural y deja a las familias sin el apoyo adecuado. Estos desafíos son sistémicos y no son fallos personales.
Volviendo a Miguel
Las experiencias de Miguel reflejan cómo el estigma, las expectativas culturales y la falta de conciencia pueden enmascarar el TDAH. Sus luchas con la atención, el tiempo y la regulación emocional fueron malinterpretadas como pereza o defectos personales. Los niños latinos tienen la misma probabilidad que otros niños de tener TDAH, pero son un 50% menos propensos a ser diagnosticados o tratados, y mucho menos propensos a recibir medicamentos o terapia.
Puntos Clave
El TDAH es igualmente común en las comunidades latinas, pero a menudo no se reconoce debido al estigma, las barreras sistémicas y la falta de acceso al cuidado. Abordar estas disparidades requiere proveedores culturalmente sensibles, conversaciones abiertas en las familias y cambios sistémicos que reduzcan las barreras y normalicen el tratamiento.
