La historia de una madre - Fionna
Los síntomas del TDAH pueden notarse en etapas tempranas de la vida. Conozca la experiencia de Fionna con su hijo, quien manifestó síntomas de TDAH a los tres años, como hiperactividad, agresividad, fluctuaciones del estado de ánimo, impulsividad e incapacidad para permanecer quieto.

Como madre de un chico de 15 años con TDAH, el proceso fue extremadamente difÃcil. Desde el principio, noté que el comportamiento de mi hijo no era tÃpico: su hiperactividad, agresividad, fluctuaciones de humor, impulsividad e incapacidad para quedarse quieto no eran los tÃpicos de un niño de 3 años. Mi hijo tenÃa dificultades extremas en la escuela debido a su comportamiento; recibÃa llamadas diarias de los maestros o del director diciéndome que necesitaba recoger a mi hijo o reunirme con ellos para hablar sobre su comportamiento. Durante este tiempo, llevé a mi hijo a un terapeuta y un pediatra, quienes desestimaron mis preocupaciones y me animaron a ser una mejor madre para mi hijo, recomendándome libros para padres. También solicité a la escuela una evaluación completa para comenzar un IEP (Plan de Educación Individualizado), pero la escuela me opuso mucha resistencia y, para entonces, mi hijo ya estaba en kÃnder y su maestra le restaba importancia a su TDAH. Seguà insistiendo con su pediatra y finalmente nos derivaron a un psiquiatra y un psicólogo, donde finalmente nos diagnosticaron TDAH, TND y trastorno del procesamiento sensorial. Regresé a la escuela con esta información y me presionaron para que no le hiciera pruebas a mi hijo porque los resultados estarÃan sesgados, ya que tenÃa estas discapacidades. Como una tonta, les creÃ, pero sus sÃntomas y comportamientos siguieron empeorando.
Tomé la decisión de probar la retroalimentación neurológica, pero no sentà que tuviera ningún efecto en el comportamiento de mi hijo. Permità que mi hijo terminara el jardÃn de infantes y luego lo retiré de la escuela y lo inscribà en la escuela en lÃnea; eventualmente, la escuela en lÃnea fue nuestro mayor defensor para obtener ayuda para mi hijo. Facilitaron todo el proceso y finalmente me ayudaron a que mi hijo regresara a una escuela fÃsica. Mi hijo comenzó en una escuela no pública y, con la ayuda de excelentes maestros, eventualmente hizo la transición a un programa de educación especial y luego a un programa de educación general. Comenzó a tener muy buen desempeño en la escuela, pero para cuando llegó al séptimo grado comenzamos a tener muchos más problemas con la escuela y el distrito escolar con respecto al comportamiento de mi hijo. Tuve que tomar la difÃcil decisión de retirarlo una vez más del distrito escolar y matricularlo en la escuela en lÃnea.
Es muy lamentable que los distritos escolares no estén dispuestos a brindar el apoyo que nuestros niños necesitan. Si los educadores y el personal escolar tuvieran más conocimientos sobre el TDAH, comprenderÃan la importancia de ayudar a nuestros niños y, a su vez, beneficiarÃa a otros niños, ya que nuestros niños con TDAH ya no serÃan la "distracción" ni los "niños malos" en clase. Muchos no comprenden que los niños con TDAH tienen un fuerte deseo de integrarse y ser "normales", pero cuando los distritos escolares no les dan la oportunidad, se convierten en lo que los maestros llaman "niño malo".
Recibir ayuda no deberÃa ser tan difÃcil, encontrar recursos no deberÃa ser tan difÃcil, pero sobre todo, quienes trabajan con niños deberÃan estar obligados a aprender sobre el TDAH. Es necesario implementar una formación formal para que todos los niños puedan tener éxito.
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